ABANDONO Y MALESTAR PSICOLÓGICO EN EX-MIEMBROS DE GRUPOS SECTARIOS

Estado

 

Resumen

Muchos ex-miembros de grupos sectarios perciben que fueron objeto de abuso psicológico durante su vinculación (Chambers, Langone, Dole y Grice, 1994) y se ha informado de la existencia de dificultades psicológicas en personas que abandonan estos grupos (Aronoff, Lynn y Malinoski, 2000). Se ha argumentado que la evaluación de su antigua experiencia sectaria estaría negativamente sesgada debido bien a la influencia de organizaciones de educación sobre sectas, o en función del método de abandono (Lewis, 1986; Solomon, 1981). El presente estudio examina las percepciones de 101 ex-miembros de grupos sectarios acerca de los motivos que condujeron a su abandono, así como el malestar psicológico posterior. La mayoría de nuestros participantes abandonaron por reflexión personal, sin intervención externa y consideraron la desilusión como el factor más importante. Los resultados no mostraron discrepancias entre los participantes que habían recabado apoyo de asociaciones y los que no, o entre los participantes que abandonaron el grupo fruto de la reflexión personal o tras ser asesorados en los motivos de desvinculación, en sus percepciones de abuso psicológico o en sus niveles de malestar psicológico.

PALABRAS CLAVE: sectas, nuevos movimientos religiosos, desafiliación sectaria, método de abandono.

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Abandono y malestar psicológico en ex-miembros de grupos sectarios

Técnicas de reforma del pensamiento en los grupos de persuasión coercitiva desde una perspectiva psicosocial.

 

El fenómeno de pertenencia a los grupos de persuasión coercitiva, también denominados grupos de dinámica sectaria o sencillamente sectas, es un serio problema socio-político y personal, que afecta a alrededor del 0,9% de la población tanto española como europea. Las dificultades a la hora de abordar este campo de estudio son, además, amplias, pues a la complejidad del fenómeno habría que añadir tanto la falta de consenso en los principales términos objeto de análisis, como la diferente perspectiva, generalmente parcializada, desde la cual se puede afrontar su estudio: psicológica, sociológica, religiosa, jurídica,
etc. En el presente trabajo se delimitan los principales conceptos y se adopta una perspectiva psicológica para, partiendo de los modelos establecidos tanto generales como propios del estudio de este tipo de grupos, enumerar y describir detalladamente las diferentes técnicas de reforma del pensamiento que culminan con un proceso de conversión cuya meta es que el sujeto adopte una nueva identidad social que predomine sobre la propia.

Palabras clave:

Grupos de persuasión coercitiva; técnicas de reforma del pensamiento; sectas; grupos de dinámica sectaria.

Sumario:

1.- Introducción.

2.- Conceptualización. 2.1.- Lavado de cerebro vs. Técnicas de reforma del pensamiento. 2.2.- Técnicas de reforma del pensamiento y procesos afines.

3.- Teorías y modelos relacionados con la adhesión sectaria. 3.1.- Teorías generales. 3.2.- Modelos explicativos. 4.- Técnicas de reforma del pensamiento. 4.1.- Técnicas de control del ambiente. 4.2.- Técnicas de control emocional. 4.3.- Técnicas de control de la conducta. 4.4.- Técnicas de control del pensamiento. 4.5.- Técnicas de control de la información. 4.6.- Técnicas de control del lenguaje. 4.7.- Generación de estados disociativos.

5.- Conclusiones.

6.- Referencias bibliográficas.

1. Introducción

Pertenecer a un grupo de persuasión coercitiva (o de dinámica sectaria) es un hecho que puede generar consecuencias indeseables o negativas en la esfera personal, familiar, social y laboral de un sujeto, pero también se configura como un problema social con implicaciones jurídicas, económicas y políticas.

Entre las consecuencias más preocupantes que se pueden mencionar a nivel personal, se encuentran: deterioro de la salud física, generación de pensamiento unilateral, ideación fóbica o paranoide, expresión emocional reducida, disminución de la autoestima, despersonalización, disociación, culpa o aparición de patologías mentales como ansiedad y depresión (González-Bueso et al., 2015). Por otro lado, formar parte de este tipo de grupos altera los lazos afectivos del adepto, ya que es frecuente que se traten de romper sus redes sociales de referencia y, especialmente, el contacto con la familia, a la que se intenta presentar como origen de todo mal y como foco de contaminación en el proceso de búsqueda interior (Hernández e Ibáñez, 2016).

No obstante, más allá del ámbito personal, el marco de actuación de estas organizaciones supone un conflicto jurídico y económico de primer nivel, pues aunque por un lado amparan su existencia en derechos fundamentales establecidos constitucional mente como el derecho a la libertad ideológica y religiosa (art. 16, CE), el derecho a la libertad de expresión (art. 20, CE), el derecho de reunión (art. 21, CE) y el derecho de asociación (art. 22, CE), por otro ocultan conductas delictivas tales como: falsificación en documento público, evasión de capitales, delitos contra la seguridad en el trabajo y la salud pública, asociación ilícita, intrusismo profesional, corrupción de menores, coacciones, amenazas, estafa o fraude (Domínguez, 2017).

En España, la magnitud del problema es relevante, pues se estima que el porcentaje de personas pertenecientes a grupos sectarios (unos 250 en nuestro país) ronda el 0,9% de la población, un porcentaje similar al de otros países europeos, lo que deja en nuestro país 400.000 afectados (Lambertucci, 2018).

Definir lo que es un grupo de persuasión coercitiva no es tarea fácil, pues existe un problema terminológico ya desde los orígenes del establecimiento del campo de estudio, que utilizaba para su análisis el concepto de secta. En referencia a ello, el Diccionario de la Real Academia Española establece varias acepciones, entre las que destacan para el presente análisis la primera, que alude a su significado tradicional, como: “doctrina religiosa o ideológica que se aparta de lo que se considera ortodoxo”; y la tercera, que la define como una “comunidad cerrada, que promueve o aparenta promover fines de carácter espiritual, en la que los maestros ejercen un poder absoluto sobre los adeptos”.

Es por ello que la literatura científica ha tratado de delimitar estas dos acepciones, utilizando en ocasiones los términos de nuevos movimientos religiosos alternativos (Urra, 2019) o nuevos cultos (González et al., 2000) para los grupos que caen dentro dela primera acepción (tratando de eliminar su carácter despectivo) y reservando el termino de sectas destructivas (Rodríguez, 2005), sectas coercitivas (Rodríguez-Carballeira, 2004), grupos de manipulación psicológica (Almendros et al., 2011), grupos de dinámica sectaria o grupos de persuasión coercitiva (Ferrán, 2010) para los que se encuentran en el segundo caso. De hecho, la superación del término secta, para pasar hablar de grupos, cobra especial relevancia una vez que ha trascendido su carácter religioso, al hacer constar que actualmente pueden articularse también en torno a objetivos comerciales, políticos, humanísticos, psicoterapéuticos, dietéticos, educativos, etc. (Urra, 2019). De hecho, fenómenos de este tipo pueden darse también en relaciones familiares, de pareja o incluso, relacionadas con el ámbito de la salud (Rodríguez-Carballeira et al., 2005).

Por todo ello, lo que define a un grupo de persuasión coercitiva no es su objetivo aparente ni sus creencias (doctrina externa), sino su funcionamiento, basado en las técnicas de manipulación psicológica que utiliza, y su meta real (doctrina interna), que busca dominar la vida de los adeptos, acumular recursos económicos y ampliar su red de seguidores para extender su poder y capacidad de control a diferentes espacios e instituciones sociales (Rodríguez-Carballeira, 2004)

La perspectiva psicológica, al centrar su estudio en aspectos muy concretos del comportamiento humano, grupal y de las organizaciones, aporta en este contexto una visión fundamental. Y aplicándose al estudio de los grupos de persuasión coercitiva, puede centrarse en aspectos como: las características de los miembros que componen el grupo, los factores de riesgo y protección de las víctimas potenciales, las relaciones que se establecen entre los adeptos (o entre estos y el líder) y la utilización de programas de manipulación mental, que llevan al sujeto a reconfigurar su propia identidad personal y a mantenerse en la organización (Farías, 2015).

Teniendo todo esto en cuenta, el presente trabajo tiene como objetivo profundizar en el proceso de reforma del pensamiento que sufre el adepto de un grupo de persuasión coercitiva, explicando cómo se produce la reconfiguración de su personalidad a través de algunas de las técnicas más habitualmente utilizadas.

Vol. 29 Núm. 29 (2022): Vol. 29 (2022). Boletín Criminológico (artículos nº 213 a nº 216), Artículos

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DOCUMENTO COMPLETO DEL ESTUDO DE GRUPOS COERCITIVOS