CONSEJOS PARA EVITAR SER VÍCTIMA DE MANIPULACIÓN

 

 

«No todo lo que brilla es oro»… con esta frase podríamos empezar a describir lo que es una persona manipuladora. Por fuera se presentan como seres encantadores y seductores, pero por dentro saben qué herramientas emplear para que la gente de su alrededor hagan lo que ellos quieren. ¿Eres víctima de manipulación?

La manipulación a veces es más obvia, a veces menos, ya que no todas las personas proceden del mismo modo. Del mismo modo, no todas las víctimas tienen las mismas características. A nivel individual, el manipulado empieza a experimentar una sensación de pérdida del control de su vida, como si estuviese acorralado o haciendo cosas que no quiere.

Luego, a nivel interpersonal, la relación empieza a desgastarse con el tiempo, dado que, al notar la manipulación, este buscará evitar al manipulador o establecer una distancia. Pese a esto, no siempre es sencillo «escapar» de dichas conductas. Veamos un poco más al respecto.

Características de una persona manipuladora

Está claro que no existen dos personas manipuladoras iguales; sin embargo, es cierto que sí comparten algunas características. Entre ellas, podríamos mencionar las siguientes:

  • Son personas que se guían por la frase «el fin justifica los medios». En este sentido, lo primero es su voluntad, lo segundo sus deseos y lo tercero, ellos mismos. Para obtener lo que quieren, pueden ordenar hábilmente las piezas y hacer sus jugadas de abuso psicólogico.
  • No se dejan llevar por lo que consideran «sentimentalismo» ni tampoco les preocupa el comportamiento ético. Es decir, no les conmueve que la otra persona tenga que hacer algo con lo que no está de acuerdo, así como tampoco tienen  culpa por lo que hacen. Los mueve el narcicismo, el hedonismo y el egoísmo, siempre lejos de la empatía.
  • Muchas veces, cuando ven que no logran manipular, se convierten en perfectos intérpretes del rol de víctimas, en un intento por conmover (y convencer).

    Para evitar ser víctima de manipulación:

    Evitar caer en el juego de la manipulación puede no ser una tarea sencilla. No obstante, hay algunas estrategias simples que pueden ayudar a mantener lejos a los manipuladores. ¡Ponlas en práctica!

    1. Aprende a conocerte, respetarte y escuchar tus propios deseos

    Muchas veces, das el «sí» fácil y dejas de lado aquello que en realidad quieres hacer. En pocas palabras, no te das la oportunidad de pensar qué te gusta y qué experimentas frente a determinadas situaciones. La próxima, no dejes de lado estos interrogantes, ¿qué quiero? ¿Qué no quiero?

    Es fundamental concederse espacio para al autoconocimiento, ya que cada uno tiene sus propios temores e inseguridades que son el blanco perfecto para la manipulación.

    2. Pon límites sin culpa

    En relación al punto anterior, a partir del autoconocimiento  y del respeto por uno mismo, es primordial aprender a poner límites. Debes ser consecuente con aquello que deseas y lo que no. A veces, esto puede ser complejo, sobre todo si la persona que manipula se vale de tus puntos débiles para tratar de convencerte.

    3. Mantente firme en la postura

    Siempre trata de dejar claro lo que piensas y lo que vas a hacer. Aprender a decir que no. La mayor parte de las veces, la persona que manipula intentará persuadirte de lo contrario. Sin embargo, no hay que dejar lugar a dudas ni titubeos. Es conveniente hablar con seguridad y convencimiento, incluso a través del lenguaje corporal.

    Si el manipulador empieza a ponerse insistente, lo mejor es que interrumpas la conversación y le manifiestes que ya no quieres hablar de dicho tema en ese momento. No debes permitir las faltas de respeto ni tampoco tienes que disculparte por no acceder a sus pedidos.

    4. Trabaja tus emociones

    Este punto se relaciona con todos los anteriores; es necesario trabajar sobre las emociones, reconocerlas, validarlas y aprender a manejarlas. En caso contrario, se convierten en ese punto débil que ya mencionamos, y a través del cual el manipulador  busca ejercer su control.

    Los argumentos de una persona que manipula siempre acaban apelando al «no te cuesta nada», «para mí es realmente importante, sino no te lo pediría», «pensaba que podía contar contigo», entre muchos otros más. De allí que identificar cómo te sientes y ser congruente con ello, sea tan necesario para no caer en la culpa y en el miedo.

    5. Restringe tu contacto

    Si crees que eres víctima de manipulación, intenta alejarte tanto como te sea posible de la persona manipuladora. Si no puedes hacerlo (por ejemplo, porque mantienes una relación laboral), intenta disminuir el contacto y limitarlo a lo justo y necesario.

    Emplea el «si, no, entendido» y otras respuestas monosilábicas, de tal modo que no tenga la oportunidad de iniciar una conversación, ni obtener información privada sobre tu vida. Las personas que manipulan son expertas en dar vuelta el discurso. Por eso, lo mejor es evitar dar demasiadas explicaciones.

    Uno de los casos más frecuentes y nocivos de manipulación es el gaslighting , que se refiere a una forma de abuso emocional muy sutil, que termina por hacer dudar a la persona de sus propios pensamientos y hasta de su propia cordura.

    Es una de las formas de manipulación más invisibles, pero más perniciosas, con terribles consecuencias a nivel psicológico. Suele disfrazarse de problemas de pareja, pero en realidad es manipulación con todas las letras.

    Por todo lo anterior, debes tener mucho cuidado con aquello que dices o sugieres, ya que pareciera que las personas deberían ser de tal o cual forma para no ser víctimas de algo, en lugar de exigir o esperar que los manipuladores se comporten como debe ser.

    Esta postura termina por comprometer la autoestima de quien es manipulado y, muchas veces, este acaba pensando que en verdad tiene la culpa. Lo cierto es que el entorno mismo acaba reforzando el círculo vicioso entre manipulador y víctima.

    María Fátima Seppi Vinuales(Psicóloga)

Qué es la agresión pasiva y cómo identificar esta forma de manipulación.


La agresión pasiva es una forma de manipulación en la que una persona expresa la hostilidad o la frustración desde la calma para confundir a la víctima

Una psicóloga explica varios ejemplos de agresión pasiva: insultar con tono de voz tranquilo, hacer bromas hirientes o castigar con el silencio son algunos de ellos

¿Qué hacer si mi pareja, amigo , familiar o grupo me manipula? Te contamos cómo reaccionar ante la agresión pasiva.

Existe manipulación cuando una persona controla la conducta, emociones o pensamientos de otra, utilizando estrategias que le permiten obtener un beneficio personal. Por ejemplo, un jefe que te amenaza para que hagas horas extras no remuneradas, un familiar que te llama exagerado cuando te enfadas para no reconocer que se ha pasado de la raya, o una pareja que utiliza el victimismo para retenerte en una relación tóxica.

En cualquier caso, la manipulación provoca una oleada de reacciones psicológicas catastróficas: la víctima pierde su autoestima y su libertad poco a poco, y puede desarrollar problemas para regular sus propias emociones. Mientras tanto, la persona manipuladora no reconoce su problema y suele saltar de relación en relación, sintiendo una gran soledad que intenta llenar con nuevas relaciones tóxicas.

MÁS

¿El primer paso para frenar la manipulación? Detectar las señales y diferentes formas en que se ejerce, siendo una de ellas la agresión pasiva.

La agresión pasiva: cómo identificar esta forma de manipulación tan común.

Algunas personas son capaces de apagar su enfado como si fuese un incendio. Poco a poco, se tranquilizan hasta que se calman y pueden comunicarse con su pareja de manera constructiva.

Otras, en cambio, fingen estar tranquilas, ocultando la rabia y comunicándose de una forma agresiva muy sutil. Esto es lo que se conoce como agresión pasiva, una forma de manipulación en la que se expresa la hostilidad o la frustración desde la pasividad para confundir a la víctima.

Por ejemplo, insultando a la víctima con un tono de voz totalmente calmado. Después, niega lo ocurrido y tacha a la víctima de exagerada o mentirosa, eludiendo su responsabilidad y normalizando las faltas de respeto.

Algunos ejemplos de agresión pasiva que pueden ayudarnos a identificar esta forma de manipulación son:

  1. Insultar con un tono de voz totalmente calmado o hacer comentarios hirientes sarcásticos o “de broma”. Es decir, se escuda en la calma o en el humor para faltar al respeto.
  2. Cuando la persona manipuladora se queda sin argumentos y quiere seguir hiriendo a la víctima, utiliza errores que ésta cometió en el pasado (y que estaban supuestamente superados) o que ha cometido con otras personas (y que no afectan en nada a la relación). Por ejemplo, echar en cara a tu pareja que antes de formalizar la relación, tontease con otros, o atacarla con los fallos que cometió con su expareja.
  3. Alejarse durante un conflicto (hacer el vacío a la otra persona, no coger sus llamadas o bloquearla en WhatsApp). Justifica este comportamiento diciendo que “lo hace para no hacer daño” como si solo hubiese dos opciones: el completo silencio o perder los papeles. Para la persona manipuladora, no hay término medio.
  4. Obstaculizar la comunicación. Cuando la víctima le pregunta a la persona manipuladora si está enfadada, dirá que “no”. Ocultará sus emociones. Pero después, se enfadará con la víctima por no haberle leído el pensamiento y utilizará frases como que “era obvio” o “pensaba que lo sabías”. El objetivo es intimidar, menospreciar y culpabilizar a la víctima.
  5. Cuando la víctima dice que estas actitudes le molestan, la persona manipuladora niega lo ocurrido, la tacha de exagerada, elude su responsabilidad y normaliza las faltas de respeto.

Qué hacer si me agreden pasivamente.

Si tu pareja/amigo/familiar te agrede pasivamente de forma voluntaria (es decir, sabe perfectamente que está manipulándote y sigue haciéndolo), lo mejor que puedes hacer es alejarte. Pon distancia, apóyate en tus seres queridos y, si lo necesitas, toma medidas legales porque la manipulación puede ir de la mano del maltrato psicológico. Protege tu integridad física y, sobre todo, tu salud mental.

Si, en cambio, tu pareja/amigo/familiar te manipula sin darse cuenta, la prioridad sigues siendo tú.

La persona manipuladora puede demostrar que quiere cambiar pidiendo ayuda profesional, identificando sus conductas dañinas y cambiándolas poco a poco. ¿Tienes que estar a su lado durante este proceso? Solo si la manipulación frena y, sobre todo, si tu salud mental no se ve dañada. Mientras tanto, recuerda que no eres mala persona por protegerte y alejarte de un comportamiento que te hace daño.

Marina Pinilla