Sumario: Introducción. Aspectos jurídico-forenses. Secuelas psicológicas de las víctimas. Diagnóstico psicológico forense. Conclusiones. Bibliografía.
Resumen: La persuasión coercitiva en grupos totalitarios genera daño psicológico a sus adeptos. Cuando el citado perjuicio es denunciado ante la autoridad judicial, suele ser necesario un peritaje psicológico forense de la víctima para poder aportar al juez la correlación existente entre las actuaciones del grupo totalitario y las secuelas psicológicas que dicho proceder ha provocado en la persona denunciante.
Para ello, es necesario conocer los procedimientos periciales e instrumentos diagnósticos especializados para esta tarea.
Palabras clave: Peritaje forense, instrumentos diagnósticos, grupos totalitarios, persuasión coercitiva.
INTRODUCCIÓN.
El ser humano tiene un conjunto de necesidades que en ocasiones intenta cubrir en el seno de ciertos grupos. En este sentido, Fiske (2010) indica cinco motivos sociales para que las personas se integren en grupos: la comprensión, el control, la potenciación personal, la confianza y la pertenencia, siendo este último,
habitualmente, el principal motivo.
Hay que destacar que dentro del ámbito asociativo existen diversos grupos debidamente legalizados, que ofrecen cultos diversos, reflexiones filosóficas,
doctrinas esotéricas, terapias alternativas, entre otras, como recursos de autoayuda
o de crecimiento personal. Estas organizaciones brindan propuestas seductoras orientadas a la captación de sus futuros adeptos.
Algunos de estos grupos, por sus formas de actuar, son popularmente conocidos como “sectas”, aunque el citado término no sea preciso ni correcto. Alonso, F. (2010)
La tipología de grupo al que nos referimos, por sus consecuencias negativas en
la salud mental de sus adeptos, utilizan metodologías de funcionamiento centradas
en la persuasión coercitiva y adoctrinamiento. Se trata de un tipo de persuasión
sutil y perniciosa que genera una distorsión cognitiva identitaria. Los seguidores
llegan a considerar al grupo y a sus miembros como sus únicos vínculos con el
mundo exterior.
Son grupos de estructura piramidal con un líder al que sus miembros rinden
obediencia. El líder es la persona con más autoridad. Todas las decisiones de cierta
trascendencia son tomadas por el líder y sus seguidores más cercanos.
Cualquier actividad fuera del grupo queda condicionada a la aquiescencia del líder y a la ideología de la organización. Rodríguez, A. (2004).
Los miembros que constituyen el grupo deben trabajar para la propia organización, y realizar aportaciones económicas establecidas, con el fin de sostener la financiación de la organización. En algunos casos incluso donando todos sus bienes.
Es habitual que los adeptos, una vez instalados definitivamente a vivir en estas organizaciones, reciban una alimentación reducida, les limiten las horas de sueño y en ocasiones les administren determinadas drogas, con la finalidad de que les queden mermadas las capacidades físicas y psicológicas.
Los individuos captados al principio reciban tanto por el líder como por el resto de adeptos numerosas manifestaciones afectivas, haciéndole sentir exclusivo y querido, posteriormente, empiezan a ser intimidados y amenazados, ante cualquier pensamiento crítico hasta conseguir al respecto un intenso sentimiento de culpa. Cuevas, J.M., (2016).
Si bien, bajo engaño, la entrada a estos grupos totalitarios es fácil, el abandono se hace difícil debido al deterioro emocional y físico. En algunos casos hay miembros
que son expulsados por el grupo debido a su falta sistemática de sometimiento y en
otros casos se dan abandonos al no soportar la presión grupal o por la intervención
de las familias.
En algunos casos, al abandonar d estos grupos totalitarios, los exadeptos suelen incoar denuncias contra estas organizaciones por los daños sufridos, entre otros de tipo psicológico, haciéndose necesario el peritaje psicológico forense.